lunes, 20 de junio de 2016

201

Ya no recuerdo si en alguna otra entrada había transcrito esta carta que el 14 de mayo del 2012 yo le escribí en medio de una tristeza irreparable y que insospechadamente en ese instante, iba a ser promisoria del futuro que me esperaba sin ti, sin nosotros dos...


Me topé con ella revisando archivos antiguos, y vagamente recuerdo que nuestra despedida se alargó mucho tiempo, unos años mientras de algún modo, pudimos concretar lo que resume lo escrito, mi plan para que siguieras tu camino lejos de mi, mientras mi falta de dignidad e irresponsable torpeza para amar se acentuaban en esos vicios que subyacen palabra a palabra.


A continuación la dejo sin edición:


"Chocolate:




Si, lo que pasa es que no tengo la capacidad de afrontar mis sentimientos y prefiero evadirte como con mi familia. Pero no hablar de ellos, no significa que no los demuestre. He comprendido que tu necesidad de tener algo que yo no te puedo dar, te ha llevado a buscarlo, a tu modo, pero sé que de fondo has comenzado a hacerlo, y es tu inicio. Hay cosas que he notado en ti de las que no quisiste platicarme, ocultarme cositas que aunque no te lo dije, supe y acepté. El chavo con el que saliste, que aún lo ves en cada oportunidad  y procuras sus palabras, (sé perfectamente quien es) es una de ellas. Me parece bien que te des la oportunidad de ampliar tus horizontes y estoy de acuerdo en que he tenido mucho de culpa por meterme en tu vida una y otra vez, tras terminar, y ya no quiero. Te mereces más felicidad de lo que mi relación te puede dar.


 


Es difícil lidiar con lo bueno, con lo que extrañamos de nuestra relación, pero también será mejor para ti, para tu salud y para tus creencias que me aleje. Tengo miedo de que vuelva el insomnio, el alcoholismo y la estupidez a mí, como cuando nos separamos, pero de tanto daño que te he hecho ya no quiero más. Por lo que me falto, por lo que no te ofrecí.


 


De ahora en adelante y para variar, mis problemas y sentimientos no me importarán, de ahora en adelante sólo tu eres la que importa, tu tranquilidad, tu felicidad. Es lo único y mejor que puedo hacer por ti, ofrecerte mi ausencia.  Con un nudo en la garganta me despido, esperando que te vaya bien en tus decisiones. No existen palabras que expresen el dolor de no verte, o tenerte cerca. Físicamente duele, pero en un momento, esto se hizo obsesivo. Si me preguntas, si, estoy obsesionado contigo, algo que no he comprendido con los años que tengo de amarte, con lo que nos gusta, pero desde el principio estuvo mal encaminado.


 


Estas palabras siento que pueden extenderse hasta calmar mi tristeza, y a la vez acentuarla, por eso, nunca quise escribirte más. Lo que siento por ti es una ironía, es una mentira y una verdad a la vez, es fantasía y golpes de realidad. Es confuso y doloroso, confuso y hermoso. Nunca pude conciliar la idea de sentirme tan enamorado de ti pero repudiarte. Esa dualidad te confunde lo sé, y no te deja ser feliz a mi lado.


 


Me despido pero debes saber que no te dejaré, tú estás en mí, y todo lo que hiciste con tu bondad, tus manos llenas de amor y tu espíritu noble aquí permanecerá, aquí muy dentro de mí y hasta el final.


 


Pese a que mis acciones gritan lo contrario, sé que tu amor, es lo mejor que me pudo pasar en estos años.  No tengo más que ofrecerte para compensarlo que esta decisión. Eres mi mejor amiga, mi mejor mujer. La más comprensiva… que jamás te quepa duda, mereces más,  pero recuerda tomarlo la próxima vez en lugar de esperar a que te lo den..."


 





No hay comentarios:

Publicar un comentario