lunes, 4 de julio de 2016

204

Por la madrugada desperté, sin saber qué hora era y con el llanto del bebé retumbando en mis oídos. Inmediatamente supe que estuve soñando contigo, ya que había sido una experiencia de viaje tranquila, divertida, amistosa...

Estábamos descendiendo por lo que parecía una calle inundada, flotando sobre una llanta o ramas, mientras la corriente cuesta abajo llevaba la fuerza de un río caudaloso. No parecía una experiencia peligrosa, simplemente el camino más rápido para llegar a nuestro destino. De momento, la intensidad bajó y salimos caminando sin problemas, aunque empapados.

No conocía el lugar pero parecía una ciudad pequeña, de calles adoquinadas y con gente conocida a nuestro alrededor. Recuerdo que mientras platicábamos, en mi cartera hallé unos billetes que pensé tu me habías puesto sin avisar (como si de lo contrario, no hubiera aceptado tal pago), no dije nada y continué mi paso. Por algún motivo miré tu teléfono y tenías unas fotos de corte sexy de las que tengo presente algunas poses artísticas...

Cuando estábamos juntos, algunas veces te tomaba fotos de ese tipo, así que la relación entre lo que estaba soñando con nuestro pasado revolvió mi mente, y sutilmente intenté saber más de ti sobre mi y tus sentimientos.

Te aclaré que a veces las personas guardamos pensamientos para nosotros por cautela pero que en el fondo, uno muere por externar, y que así mismo, yo tenía algo que preguntarte de nosotros. De repente algo sucedió que se truncó la conversación, no sé que fue, quizás el instante en que desperté...

Me quedé ligeramente frustrado, y recuerdo muy bien que pensé acerca de tu cuerpo, que lo extrañaba y que mis palabras en aquella charla apuntarían sutilmente a tenerlo más cerca del mío.

En el sueño, sentí que era posible tener tu atención y que quizás me abrazarías con la intensidad de los que no se olvidan pese al tiempo y la distancia, y lo demás...

Te sigo extrañando, espero que al conservar mis sueños algún día lo aceptes como una innegable realidad de alguien que lejos de sufrir tu ausencia, la disfruta con la esperanza de los que nunca olvidan, de los que siempre esperan el regreso de lo añorado, de todo lo que fue y lo que podrá ser, en esta vida o la siguiente...

No hay comentarios:

Publicar un comentario